El arzobispo metropolitano de Huancayo, monseñor Pedro Ricardo Barreto Jimeno, dijo ayer que la Universidad Nacional del Centro es la sal que da sabor y la luz que ilumina la sociedad y responde a las necesidades de las comunidades campesinas del centro del país.

Durante la celebración litúrgica que presidió en el local central de la UNCP, con motivo de los 54 años de su fundación, expresó que de nada valdría que este centro superior de estudios tenga excelentes docentes y buenos alumnos si no es sal y luz.

Oró por el personal y los estudiantes para que esta institución sea líder no sólo a nivel nacional sino internacional, y dé sentido a las comunidades campesinas, que es su razón de ser, en la búsqueda del bien común y de la justicia social.

Elevó una plegaria especial por los profesores y alumnos que murieron en el campus universitario en los años de la violencia y señaló que nunca más debe repetirse esta historia de sangre.

Durante la presentación de ofrendas, se entregaron víveres para la casa de acogida “San Juan Diego” que atiende a niños con VIH sida, gesto solidario que el arzobispo agradeció en la persona de los rectores presididos por el Dr. Jesús Pomachagua.

La comunidad universitaria también expresó su gratitud al pastor de la Iglesia en Huancayo por su presencia cada año en estas actividades e identificación en los sueños y esperanzas de esta primera casa superior de estudios  que es el fruto de las aspiraciones de los hombres y mujeres del campo. 

Al final de la celebración, monseñor Barreto bendijo a los asistentes con la imagen del Niño Jesús.