En lo que constituye un hito importante de su presencia en Huancayo, egresó la primera promoción del colegio “Fe y Alegría”  número 66 que hace más de 8 años nació en medio del barro de los terrenos de la comunidad campesina de Azapampa.

La ceremonia de despedida se llevó a cabo con un sencillo programa en una de de las aulas de este centro educativo que ofrece una educación de calidad y con valores a los niños y niñas de escasos recursos económicos.

El arzobispo metropolitano de Huancayo, monseñor Pedro Ricardo Barreto Jimeno, presidió la celebración litúrgica en la que destacó la historia del colegio que nació en medio de las contradicciones de su tiempo y hoy es el alma mater de un pueblo que cree y sufre.

Sin las luminarias de los grandes colegios ni el brillo de los vestidos de fiesta, los alumnos se presentaron uno a uno con su uniforme escolar, die ron su testimonio y mostraron los logros alcanzados en corto tiempo.

Entre los asistentes estuvo José Luis Herrera Hinojosa quien fue alumno hasta el tercero de secundaria y culminó en el Colegio Mayor del Perú e ingresó en el primer lugar a la facultad de economía de la Universidad Nacional del Centro del Perú.

También Sheila Lagos, quien ingresó a sociología de la UNCP en la primera selección, otros alumnos que ganaron concursos de conocimientos y artes, asimismo, los triunfadores en el Proyecto Ciudadano, a nivel regional y nacional.

La promoción lleva el nombre de uno de sus compañeros que falleció: “Oscar Medina Palomino”, a quien consideran que fue un hijo y alumno ejemplar, cuyo recuerdo llevan en el corazón y ahora como un símbolo del colegio.

El colegio es dirigido por las hermanas de la congregación religiosa “Buen Socorro”, quienes se esmeran por ofrecer una calidad que responda a los desafíos del futuro. La directora es la hermana Yolanda Morales Valiente.

Después de varias gestiones, por fin se está cercando el colegio, gracias a la ayuda de la empresa privada. Monseñor Barreto felicitó esta acción y manifestó que los alumnos de “Fe y Alegría” nunca se escapan, pues tienen un muro invisible.