Para iniciar el Proyecto de Renovación Arquidiocesana, el arzobispo metropolitano de Huancayo, monseñor Pedro Ricardo Barreto Jimeno, S.J., realizó una visita pastoral a la Vicaría V que reúne a las parroquias solidarias de la provincia de Yauli.

Durante su estadía en la ciudad de La Oroya sostuvo reuniones con los sacerdotes, personal de la parroquia, comunidades parroquiales y los integrantes del Equipo Parroquial de Animación Pastoral (EPAP).

El encuentro empezó con un llamado a animar la pastoral, continuar con los 50 años de trabajo que dejaron los sacerdotes de la Preciosa Sangre y anunciar a Jesucristo en los lugares más alejados de esta jurisdicción eclesiástica.

Con gran ilusión anunció el inicio del Proyecto de Renovación Arquidiocesana que llegará a los hogares, las familias y todos los ambientes para ofrecer de aquí a unos años una nueva imagen de Iglesia, conforme a las orientaciones del Concilio Vaticano II.

“Será una experiencia nueva, de repente difícil, pero a la vez fácil, porque buscaremos que muchos realicen poco y no que pocos hagan mucho; tenemos que convocar a todos para hacer posible una nueva evangelización”, dijo.

Señaló que la renovación exige una creciente comunión entre nosotros, pues, todos somos Iglesia, necesitamos la comprensión mutua, vivir en familia, como hijos de un mismo Padre para cumplir con nuestro ser y hacer.

En esta línea, monseñor Barreto compartió su alegría de haber sostenido un encuentro cordial y afectuoso con el papa Francisco, el pasado 4 de junio, en su despacho de Santa Marta, en el Vaticano.

Reveló que en esta entrevista informó al Santo Padre las fortalezas y la profunda religiosidad popular que se viven desde hace más de 500 años en la Arquidiócesis de Huancayo, con sus luces y sombras.

Manifestó que el papa quiere la renovación de la Iglesia y por eso se ha iniciado en la Arquidiócesis este proyecto, precisamente, para que los pastores huelan a oveja, conozcan ellos a sus ovejas y éstas reconozcan a su pastor.

A quienes conforman el EPAP les pidió la unidad, porque podemos ser diferentes, pero en la diversidad debe darse la unidad, esto no quiere decir que todos pensemos igual, sino que nuestra actitud debe responder a los retos y desafíos de la Iglesia.

Debemos ayudarnos a crecer en comunión, apostar por una Iglesia como quiere el papa, pobre y para los pobres; tenemos que trabajar por Jesús, no por intereses personales, sin acaparar responsabilidades, sino compartirlas, buscando a todos para sacar adelante la misión, señaló.

Monseñor Barreto expresó sus preocupaciones por la situación de La Oroya, en relación al complejo metalúrgico; también por la problemática de Morococha que vive un proceso de reasentamiento poblacional.

En este sentido, reafirmó que La Oroya y Morococha siempre han estado y están en su corazón e hizo un llamado para que la renovación de la Iglesia tenga en cuenta la reconciliación, tan reclamada por la población que respondió a los deseos del Pastor, quien al final de la misa que presidió impartió la bendición encargada por el papa.

El vicario general del Arzobispado de Huancayo, monseñor Gilberto Salas Hurtado, expuso los alcances del Proyecto de Renovación Arquidiocesana que ha empezado en Huancayo y ahora continúa en las vicarías.