Monseñor Mariano Jacinto Valdivia y Ortíz

Nació en la ciudad blanca de Arequipa, el 11 de noviembre de 1895. Sus estudios secundarios los realizó en Arequipa. Interrumpió sus estudios superiores iniciados en la Universidad Nacional de «San Agustín” para ingresar al Seminario Mayor “San Jerónimo” y recibir la formación al futuro ministerio presbiteral. Todavía como seminarista, fue becado para realizar estudio de Derecho Canónico en la Universidad Pontificia “Gregoriana’’ de Roma.

Fue ordenado presbítero el año 1929. Nombrado obispo de Huaraz por el papa Pío XII el 15 de diciembre de 1940 y ordenado obispo el 25 de marzo de 1941. Fue trasladado a la entonces Diócesis de Huancayo, el 17 de diciembre de 1956, en el pontificado de Pío XII. Con la Bula Pontificia “Quam sit christifidelibus Utilitate” del 30 de junio de 1966, de Diócesis pasó a ser Arquidiócesis de Huancayo; concediéndole a monseñor Mariano Jacinto ser el primer Arzobispo. Erigió la estructura material del Seminario, consagrado a la advocación de «San Pío X”, como un espacio adaptado exclusivamente a la formación el 19 de setiembre de 1962, en el anexo de Umuto, distrito de El Tambo.

 

Organizó y celebró el «VII Congreso Eucarístico Nacional”, del 27 al 30 de agosto de 1965. Aquél mismo año de 1965, dentro del marco del VII Congreso Eucarístico Nacional, monseñor Mariano Jacinto Valdivia solicitó al papa Pablo VI la coronación pontificia de Nuestra Señora de Cocharcas como Patrona del Congreso. Quien tuvo el alto honor de efectuar dicha coronación fue el Cardenal Juan Landázuri Ricketts O.F.M., como delegado del Papa.

Su preocupación pastoral, además de la centralidad de la Eucaristía y Mariología, estuvo concentrado en la actividad misionera de los sacerdotes y laicos en la misión evangelizadora de la Iglesia y la comunión con el mundo actual. En efecto, monseñor Mariano Jacinto Valdivia fue testigo de la nueva visión eclesiológica del Concilio Vaticano II que demandaba una renovada etapa evangelizadora de la Iglesia.

Monseñor Mariano Jacinto Valdivia estuvo caracterizado por una sencillez de vida alimentada a los pies del Santísimo Sacramento del Altar; tal es así que fundó, junto a la Hna. Cecilia Córdova López la actual Congregación religiosa femenina “Hijas de Santa María Reyna”; que en el principio era “Pía Unión” y luego adquirió el derecho diocesano; para el culto y la adoración perpetua del Santísimo Sacramento del Altar.

Estuvo al pastoreo de la Iglesia Arquidiocesana de Huancayo por el período de 15 años; desde el 17 de diciembre de 1956 hasta el 10 de febrero de 1971; pasando a ser obispo emérito. Falleció el 30 de julio de 1982, en Lima. Sus restos mortales, con la autorización de sus familiares, fueron trasladados del cementerio La Planicie de los padres Pasionistas a la cripta de la Catedral de Huancayo, que está ubicado a lado izquierdo del altar.